El Impuesto General a las Ventas (IGV) es un impuesto que afecta la venta de bienes y servicios. En otras palabras, es lo que pagamos cuando compramos algo. Este impuesto es del 18% y está incluido en el precio final de casi todos los productos que adquirimos. Sin embargo, como empresario, es posible reducir este impuesto legalmente. A continuación, te explicamos cómo puedes hacerlo.

¿Qué es el IGV?
El IGV es un impuesto indirecto que pagan los consumidores finales cuando compran productos o servicios. Las empresas están obligadas a cobrarlo, pero también pueden deducir parte del IGV que pagan en sus propias compras. Esta deducción es una de las maneras clave para reducir el IGV a pagar.
Estrategias Legales para Reducir el IGV
En nuestro país, la Ley del IGV y el Código Tributario regulan cómo se aplica este impuesto. Afortunadamente, la ley también permite que las empresas puedan reducirlo cumpliendo ciertos requisitos.
1. Deducción del IGV en Compras
Una de las formas más comunes de reducir el IGV es a través de la deducción del IGV que pagas cuando compras bienes o servicios para tu negocio. Para que esto sea posible, es necesario que:
- Las compras estén relacionadas con las actividades de tu negocio.
- Las facturas de estas compras sean válidas y auténticas.
Por ejemplo, si tienes una tienda y compras productos para revender, puedes deducir el IGV pagado en esas compras.
2. Crédito Fiscal
El crédito fiscal es otra estrategia importante. Este crédito te permite deducir el IGV que pagas en tus compras de lo que tienes que pagar a la SUNAT. Para aprovechar este beneficio, debes cumplir con lo siguiente:
- Llevar un registro contable adecuado.
- Presentar tus declaraciones de impuestos correctamente y a tiempo.
3. Reducción Temporal del IGV para Micro y Pequeñas Empresas
Si tienes una micro o pequeña empresa, especialmente en sectores como restaurantes o hoteles, puedes beneficiarte de una reducción temporal del IGV. Esta reducción está vigente desde el 1 de septiembre de 2022 hasta el 31 de diciembre de 2024, y aplica una tasa especial de 10% (8% de IGV + 2% de IPM).
Esta es una excelente oportunidad para reducir tus costos si estás dentro de este sector.
4. Uso de Facturas Electrónicas
Hoy en día, el uso de facturas electrónicas no solo es obligatorio en muchos casos, sino que también te ayuda a mantener un mejor control de tus transacciones. Al emitir facturas electrónicas, puedes:
- Mejorar la eficiencia en el manejo de tus impuestos.
- Facilitar el proceso de deducción del IGV.
Las facturas electrónicas deben cumplir con los mismos requisitos que las tradicionales, pero te ofrecen una ventaja adicional: son más fáciles de verificar y controlar.
5. Buen Manejo del Registro de Compras
Llevar un registro adecuado de todas tus compras es clave para que puedas deducir el IGV. Este registro debe ser preciso y estar siempre al día. Asegúrate de:
- Conservar todas las facturas.
- Verificar que todas tus compras sean necesarias para tu negocio y estén correctamente justificadas.
Ejemplo Práctico: Aplicación de las Estrategias
Imaginemos el caso de una pequeña empresa de catering que realiza compras de alimentos y servicios de limpieza. La empresa recibe facturas electrónicas de sus proveedores, las cuales cumplen con los requisitos de causalidad y fehacibilidad. Al presentar estas facturas en su declaración de impuestos, puede deducir el IGV pagado en sus compras, reduciendo así la cantidad de IGV que tiene que pagar al final del mes.
Además, si esta empresa califica como microempresa, puede beneficiarse de la reducción del IGV al 10%, disminuyendo aún más su carga tributaria.
Consejos Prácticos
- Revisa siempre tus facturas: Asegúrate de que cumplan con los requisitos de la SUNAT.
- Lleva un control adecuado: Un buen manejo de tus compras y ventas es esencial para aprovechar los beneficios del crédito fiscal.
- Aprovecha las reducciones temporales: Si eres una micro o pequeña empresa, verifica si puedes beneficiarte de la reducción temporal del IGV.
- Consulta a un contador: Siempre es recomendable contar con un profesional que te asesore y te ayude a maximizar estos beneficios.
En resumen, reducir el IGV que debes pagar no solo es posible, sino que es completamente legal si sigues las estrategias adecuadas. Deduce el IGV de tus compras, utiliza facturas electrónicas, y mantén un registro claro de todas tus operaciones. Además, si tienes una micro o pequeña empresa, no olvides aprovechar las reducciones temporales del IGV. Esto no solo te ayudará a reducir tus costos, sino también a mejorar la competitividad de tu negocio.
Mantente siempre al día con las normativas tributarias vigentes y asegúrate de cumplir con todos los requisitos legales. Así, podrás optimizar tu carga tributaria y centrarte en lo más importante: hacer crecer tu negocio.
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